INGREDIENTES:
300 gramos de garbanzos. (a remojo de la vispera)
300 gramos. de bacalao desalado
250 gramos. de espinacas frescas
2 cebollas
4 dientes de ajo
1 huevo
1 rebanada de pan
1 cucharada de Pimentón
1 hoja de laurel
Aceite de oliva virgen extra
Sal
PREPARACIÓN DEL POTAJE:
Para cocinar los garbanzos podemos optar por la manera tradicional, una hora y media a fuego lento en una olla, o por la más
práctica, usando la olla express. Con ella en tan sólo 15-20 minutos tendremos listos los garbanzos. En la olla rápida echamos un litro de agua, 2 dientes de ajo pelados, la hoja de laurel y los garbanzos ya remojados. Cerramos, ponemos a fuego fuerte y cuando comience a salir vapor, bajamos el fuego y cocinamos sobre 15 minutos.
Mientras se cocinan los garbanzos preparamos el sofrito. Picamos uno de los dientes de ajo y pelamos el otro. Pelamos las cebollas y las picamos en juliana muy fina.
En una sartén amplia ponemos aceite de oliva virgen, y freímos el ajo . En cuanto empiece a coger color, retiramos el diente de ajo entero. Añadimos la cebolla y seguimos sofriendo. Añadimos sal al gusto. Cuando esté pochada, apagamos el fuego y dejamos enfriar un poco el aceite. Añadimos una cucharada pequeña de pimentón de la Vera y removemos bien para que se integre perfectamente con el sofrito.Cuidado que no se pegue el pimentón. Reservamos.
Cocemos el huevo.
Pasado el tiempo de cocción de los garbanzos, dejamos que se libere todo el vapor de la olla antes de abrir. Pasamos el caldo colado a otra cazuela junto a los garbanzos (que no vaya el ajo ni el laurel).
Ponemos esta cazuela a fuego medio. Cuando empiece a coger temperatura, vertemos el sofrito y removemos bien. Echamos ahora en varias tandas las espinacas, que en poco tiempo irán reduciendo su tamaño. Rectificamos de sal y dejamos cocinando un par de minutos. Desmigamos el bacalao en trozos que luego podamos comer de un bocado, añadimos a la cazuela y la movemos “en vaivén” (por las asas) para que se vayan mezclando todos los ingredientes. Bajamos a fuego bajo.
En 5 minutos estará listo nuestro potaje, pero mientras tanto vamos a preparar el toque final. En una sartén con un poquito de aceite de oliva, freímos la rebanada de pan. Vuelta y vuelta hasta que esté dorada y crujiente. En un mortero echamos el pan frito desmenuzado y el diente de ajo que teníamos reservado. Machacamos y hacemos un majado.
Pasados los 5 minutos desde que echamos el bacalao, añadimos el majado anterior. Con este truco le daremos consistencia al caldo y un poco mas de sabor. Pelamos el huevo cocido, lo cortamos en daditos y lo añadimos a la cazuela justo antes de servir en la mesa.
Servimos bien caliente, y a disfrutar de este delicioso plato de cuchara que sienta de maravilla, incluso en días que no haga tanto frío.
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